Daban cuenta de una sala de audiencia donde faltaba la luz pero por sobre todo el espacio para moverse, para poder fotografiar y resolver en poco tiempo.
Era la misma sala del Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de la ciudad de Dolores donde 26 años atrás se desarrollaba el juicio por el asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas.
Diego Izquierdo, fotoperiodista de Télam, nos contó como resolvió este inconveniente, entre el contexto, la técnica y la mediatización del caso.
Trabajo en la agencia Télam. Nos asignaron para cubrir los alegatos y la sentencia del juicio.
Yo soy de Mar del Plata, pero fuimos a Villa Gesell después que detuvieron a los 8 rugbiers acusados de matar a Fernando. Y con el cronista estamos muy empapados en el tema.
Por eso nos lo asignaron.
Hice los actos por la memoria de Fernando los últimos dos años. Fueron bastante precarios porque se realizaron durante la pandemia. Se hizo una misa con mucho distanciamiento social, con barbijos. Y ahora hago el juicio.
Uno no se da cuenta pero pasaron tres años.
Foto: Diego Izquierdo / Télam
Es una situación más de laburo, pero uno se va poniendo grande, ve las injusticias y ve las cosas que pasan. Fernando era un pibe que tenía toda la juventud por delante. Lo mataron a patadas, y después ves a los papás llorando pidiendo justicia. Es bastante fuerte. Te carga de una energía especial para trabajar. No estás en tu casa, no estás en tu rutina habitual y no estas al tanto de otras noticias y todo esto te mete en el tema de manera muy profunda.
¿Cómo abordaste fotografiar en una sala tan pequeña?
El primer día, fue una locura negociar para entrar. Está el Ministerio de Justicia, está el Tribunal que tiene derecho a permitir o no permitir el ingreso…. Iban a entrar los fotógrafos y los camarógrafos.
Entraron primero los camarógrafos y no sabemos por qué cuando salieron nos dijeron que ya no podíamos ingresar. Tuvimos que negociar nuevamente y entramos 20 segundos.
¿Los fotógrafos entraron juntos o en tandas?
La televisión abarca un montón, desde los equipos que son gigantes hasta el número de personas. Nosotros éramos muy poquitos. Estábamos Clarín, La Nación, Noticias Argentinas, Infobae y Télam.
Los primeros días fueron muy fuertes. Después baja la intensidad porque hay cientos de testigos y la última jornada de testimonios termina el día que se cumplían tres años de la muerte de Fernando. Mucha gente se acercó para acompañar a los padres. Se hizo un acto. También creo que en este lugar no se había vivido un juicio tan grande desde el caso cabezas hace 26 años atrás Era la misma sala, el mismo lugar. No deja de ser un juzgado al que le cayó el caso por jurisdicción y de repente es un tema mediático nacional.
El lugar es pequeño, el primer día los rugbiers estaban con barbijos y estaban los padres de Fernando. Salimos con muy poco material.
Foto: Diego Izquierdo / Télam.
Nadie va a hacer algo diferente. Solo documentar lo que está pasando, es parte de la democracia que en los actos públicos tengamos acceso a la información, creo que el documento visual es importante en ese sentido.
Entramos todos juntos, la jueza no quería. Éramos pocos, nos conocemos, trabajamos con cuidado.
¿Y cómo resolviste las otras veces?.
La segunda vez ya conocía el lugar y sabía el movimiento que iba a hacer. Me lleve un lente “ojo de pez” que deforma un poco la realidad porque no deja de ser un recurso estético pero también daba esa sensación de sala de audiencia apretada y deformada.
Foto: Diego Izquierdo / Télam
Ya sabíamos que iba a ser mediático por la presencia del abogado Fernando Burlando.
Si los padres de Fernando Báez Sosa no hubiesen tenido un abogado así, el caso, como muchos otros hubiese quedado en el olvido. Si no hubiese sido en la ciudad balnearia de Villa Gesell en un verano, pasa de largo, como pasa en un montón de ciudades y en un montón de provincias.
La presencia de los medios a veces ayuda. Pero la TV tiene programas que hablan todo el tiempo del tema, pero se buscan otras aristas. No nos olvidemos que murió un muchacho joven, que ocho personas participaron en el crimen, y que es una tragedia para todos.
Foto: Diego Izquierdo / Télam.
Foto: Diego Izquierdo / Télam
Foto: Diego Izquierdo / Télam
Fui todos los días desde el 2 de enero, los dias de audiencias y alegatos y ahora voy a ir a la sentencia.
También lo que uno hace es gestionar permisos para que nos dejen entrar porque conoce la importancia de su trabajo.
La primera vez fue difícil. La segunda vez que entramos sabíamos que los rugbiers se habían sacado los barbijos porque había comentarios que se reían. Entonces acordamos entrar muy poco tiempo. Sacamos la foto del tribunal, de los abogados, de los padres de Fernando adentro de la audiencia… Nos parecía importante porque ellos participaban del juicio.
Los fotografiabamos cuando entraban y cuando salían pero no cuando participaban.
La tercera vez con los alegatos fue como una renovación de todos estos trámites porque habían pasado 13 jornadas de audiencias y nos parecía también importante poder entrar.
Es un trabajo que no se ve en la foto y después afuera hacemos la entrada de los abogados, los jueces, los fiscales, los testigos…
¿Qué vas a buscar en la sentencia?
Vamos para ver que va a pasar, que van a dictaminar los jueces, como van a reaccionar los padres, los abogados, la comunidad.
De mi lado de manera personal, acompañar a los padres, uno genera una especie de vinculo, los ves todos los días, charlas un poquito los saludas cuando entran, los saludas cuando se van pero que haya justicia, eso es lo que vamos a buscar.
Foto: Diego Izquierdo / Télam
Excelente Nota, felicitaciones !
Gracias Pablo!!